lunes, 23 de julio de 2012

De Talante


El pasado día 19 tuvimos pleno en el ayuntamiento de Peñíscola, los cortos de entendederas lo valoraron como tranquilo, sosegado, amistoso porque no se levantó la voz, ni se apuntó con ningún dedo acusador salvo la cuota parte correspondiente al equipo de gobierno contra su ex-compañero de gobierno y líder de Izquierda Unida. Porque no lo olvidemos, Rafael Serrat le entregó la bara de alcalde a Andrés Martínez sin que nadie le apuntase con una pistola, ni nadie le obligase a ello y Andrés Martínez fue teniente de alcalde, concejal de urbanismo y presidente del Patronato Municipal de Turismo mientras Rafael Serrat fue alcalde (independiente, de esos que le gustan a algún que otro narrador de la crónica peñiscolana). En realidad, tuvo su salsa el pleno. No contuvo insultos pero la oposición socialista tuvo la oportunidad de explayarse y recordar al equipo de gobierno que son los suyos, los del PP, quienes nos deben dinero. Que son los suyos, los del PP, quienes nos han dejado, según parece definitivamente, sin depuradora, sin centro de salud, sin vía de acceso a la N340, sin ley de la dependencia, con una educación del 3 al 4, y con una sanidad de cuchitril, etc.

Les pudimos recordar que las mociones son para utilizarlas, para esgrimirlas enfrente del poder establecido y exigir que se cumplan los compromisos adquiridos que en el caso de Peñíscola se han inclumplido uno tras otro por parte del Partido Popular.

Hace unos días alguien en Peñíscola me dijo que Andrés Martínez y el PP habían hecho mucho por esta ciudad y le pedí que me enumerara cuales eran sus logros. ¡Menudo apuro! y cuando reparo en alguno me dijo: “el final del paseo sur y el desarrollo de la rehabilitación del núcleo suburbano”. Je je. El paseo sur se desbloqueó gracias a que personas del PSOE a nivel local y provincial pusieron mucho de su parte y el núcleo suburbano, lo único que está ejecutado, cobrado y liquidado es lo que entró en el plan Zapatero. Porque lo otro, según parce, aún se nos debe en gran medida.

Ahora la excusa es la crisis, la prima de riesgo, la evasión de capitales, etc. etc. Cuando corría el dinero a expuertas la excusa era inconfesable, irrepetible, soez. “Aquí mandamos nosotros” Tanto poder para qué.

Sí, es cierto. No hubo una palabra más alta que otra en este pleno. Pero como el sr. alcalde insiste en repetir (o insistía) yo soy el hombre de Zapatero en Peñíscola y practico el talante. Él, es el hombre de Rajoy, el de las mentiras, el de las promesas electorales no cumplidas, el de los recortes.

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