viernes, 1 de abril de 2011

Amor eterno

Nunca entenderé los entresijos de la política cultural del PP peñiscolano. Mi amigo Serafín me dice que cómo voy a entender lo que no existe y yo le digo"Serafín ahí hay algo". Un ejemplo. A saber: la defensa de las tradiciones. Las tradiciones en Peñíscola las defendemos todos, son nuestras, de cada uno de los peñiscolanos y las peñiscolanas, las llevamos en la sangre, nos emocionan, nos transmiten los valores ancestrales de la raza peñiscolana. Que es una raza como todas las demás pero de aquí. Nos recuerdan a nuestros antepasados y nos reafirman en la voluntad de seguir manteniéndolas, defendiéndolas, engrandeciéndolas y, sobretodo, mostrándolas al mundo. Y ahí viene lo gordo, no entiendo porque para recibir a los famosos austríacos (bienvenidos sean) en vez de poner un espectáculo conformado por las danzas, moros y cristianos, etc. etc., que es lo nuestro, se pone un show flamenco y que encima eso ocurre porque nadie se ha preocupado, nadie del equipo de gobierno, insisto, se ha preocupado de mostrarles a los organizadores de tal magna visita lo que es nuestro folclore. Algo que cuando lo ven (nuestro gobernantes) se les llena la boca de alabanzas que provocan orgullo y de emoción, pero que cuando es necesario potenciarlo les da una amnesia del carajo. Me ha dicho un pajarito que para decidir presentarles el show flamenco tuvieron que viajar a Grecia, olé! Un personaje de cómic de la serie Asterix, en concreto el egipcio CampdeTenis diría, traducido del egipcio, tururut!
Moraleja: es muy bonito decir que te amo pero lo es más quererte de verdad. Ay, señor, señor!

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